El edema macular consiste en una inflamación y acúmulo de líquido a nivel de la mácula, que es la parte del ojo responsable de la visión central y la visión de los detalles finos, lo cual
ocurre cuando los vasos sanguíneos en la retina tienen escapes de
fluido, de modo que la mácula no funciona correctamente y tiene lugar una
pérdida de visión central que puede ser leve o severa.
El Edema Macular
Diabético (EDM), una complicación de la retinopatía diabética, considerado el
problema más común de la diabetes es la primera causa de ceguera en adultos
menores de 50 años.
Los tratamientos de
los que actualmente disponemos para esta patología incluyen la TERAPIA
ANTI-VEGF, los CORTICOIDES, el tratamiento LASER CONVENCIONAL, y el tratamiento
con LASER DE MICROPULSO.
TERAPIA ANTI
VEGF
En la actualidad existen tres agentes inyectables disponibles en el
mercado: ranibizumab (Lucentis), aflibercept (Eylea) y bevacizumab (Avastin). El
tratamiento con Avastin no ha sido aprobado para uso intraocular ni por la FDA
americana ni por la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios
(AEMPS), aunque los estudios demuestran que es un tratamiento totalmente
eficaz, y de hecho se utiliza “off label” en números centros sanitarios. La
administración de estos principios activos se realiza de modo intraocular en
una serie de inyecciones, administrándose de modo general unas ocho o nueve
inyecciones durante el primer año y disminuyendo su número progresivamente
hasta conseguir la mejoría y/o estabilización del proceso.
Los agentes anti-VEGF suelen ser muy costosos, especialmente Lucentis y
Eylea. El tratamiento con Avastin, si
bien sería mucho menos costoso, sólo sería planteable como tratamiento “off
label” y no autorizado en la práctica médica diaria.
Eylea ha demostrado ser más efectivo que Lucentis
cuando se comienza a perder la visión de forma moderada o grave (0,4 o menos), pero para pérdidas visuales leves,
ambos principios activos han mostrado una eficacia similar.
OFF-LABEL: usofuera de indicación, "no oficial", "no autorizado". Uso de medicamentos para un grupo de edad, patología, dosis, forma de administración distintas a las autorizadas.
IMPLANTES DE ESTEROIDES.
También de uso intraocular, disponemos de dos opciones de implantes: el
implante de OZURDEX (dexametasona intravítrea) y el implante de ILUVIEN (fluocinolona
intravítrea). Ambos implantes, con forma de barra, se introducen en el ojo
con un aplicador especial y una aguja de 22G.
La efectividad del Ozurdex se mantiene durante aproximadamente cuatro
meses, mientras que el Iluvien mantiene su eficacia durante aproximadamente
tres años. Si bien ninguno de los dos tipos de implante están exentos de
complicaciones potenciales tales como el desarrollo de glaucoma y cataratas,
éstos son significativamente menores en el caso del Ozurdex, ya que en el
ensayo clínico para el Iluvien el 82% de los pacientes inscritos desarrollaron
cataratas y un 34% desarrolló glaucoma.
A pesar de estas potenciales complicaciones, los implantes de corticoides
pueden constituir una excelente indicación ya que:
- Los corticoides, a diferencia del tratamiento ANTI-VEGF, se dirigen al componente inflamatorio de la fisiopatología del edema macular.
- El tratamiento con corticoides puede proporcionar una mejoría de agudeza visual final similar al tratamiento ANTI-VEGF, con un número significativamente menor de inyecciones intraoculares.
- Los corticoides pueden prevenir la progresión a Retinopatía Diabética Proliferativa.
- El tratamiento con implantes de corticoides ha mostrado buenos resultados en pacientes con Edema Macular con mala respuesta al tratamiento ANTI-VEGF.
- La subida de presión intraocular asociada al tratamiento con corticoides es predecible y manejable en la inmensa mayoría de los casos.
LASER CONVENCIONAL
Y LASER DE MICROPULSO.
La fotocoagulación
con láser convencional aplicado tanto de forma focal como en patrón rejilla
utilizando láser argón (514nm) o un láser Nd- YAG de doble frecuencia (532 nm),
ha demostrado reducir la pérdida visual en un 50%. Su efecto está asociado con
la destrucción de los fotorreceptores, alargamiento progresivo de las
cicatrices y desarrollo de neovascularización coroidea. A pesar de su beneficio
probado en la estabilización de la agudeza visual, la fotocoagulación láser
resulta invariablemente en una pérdida localizada de la sensibilidad
perimétrica dentro de los 10º excéntricos a la fóvea.
Con objeto de reducir
el daño colateral se han desarrollado otros tipos de láser con diferente
espectro de longitud de onda (577 y 810 nm) que han sido introducidos en el
manejo del EMD. En este tipo de láser, la energía es liberada en pulsos cortos
(micropulsos), que permiten un intervalo de disipación de calor y confina la
transferencia de energía al tejido con máxima absorción de energía de láser.
Un estudio del Dr.
Guohai Chen y Cols. publicado en la revista Retina en 2016 recoge que los
resultados del láser de micropulsos en términos de agudeza visual a los 3, 8 y
12 meses tras el tratamiento fueron superiores al láser convencional, con menor repercusión sobre el tejido retiniano.
El tratamiento es indoloro y solo requiere de un colirio anestésico. A
diferencia de lo que ocurre con los tratamientos con láser convencional, muchos
pacientes notan que mejora su visión durante la primera semana posterior al
tratamiento y no hay riesgo de que el tratamiento provoque pérdida de visión.
Esta información es orientativa. Para una información personalizada consulte a su oftalmólogo.