DIA MUNDIAL DE LA VISION 2020
El segundo jueves de octubre
se celebra el Día Mundial de la Visión, fecha decretada por la Organización Mundial
de la Salud (OMS) y el Organismo Internacional de Prevención de la Ceguera
(IAPB). Su objetivo es concienciar a la sociedad de la importancia de la visión
y de la prevención de las afecciones visuales que pueden ser prevenibles o
curables, resaltando igualmente las limitaciones personales y la repercusión
sobre la sociedad a las que puede dar lugar la desatención a estas patologías.
Más del 80% de los casos de
ceguera existentes podrían haberse prevenido, de éstos un 20% podrían haberse
evitado, y el otro 60% pueden ser susceptibles de intervenciones quirúrgicas
que mejoren la calidad de vida del paciente al recuperar parcial o totalmente
la visión de la persona afecta.
La visión es uno de los
sentidos más relevantes para la autonomía y el desarrollo de las capacidades
personales y de relación en todas las etapas de la vida, en el aprendizaje, el
trabajo, el ocio y en todas las actividades de la vida diaria, al que
frecuentemente no se le suele dar importancia hasta que se deteriora o se
pierde.
Por ello, se hace
inevitablemente necesario poner el relieve su importancia, y la necesidad de la
detección precoz de las enfermedades relacionadas con la visión, así como de
todos aquellos procesos o patologías concurrentes como diabetes, enfermedades
metabólicas o cardiovasculares que puedan ponernos en riesgo de pérdida o
deterioro.
Si bien las cifras más
relevantes de trastornos visuales suelen referirse a países con menores cifras
de desarrollo, nuestra sociedad no puede ni cerrar los ojos a los diferentes programas
de apoyo y ayudas establecidas para los mismos, ni olvidar el control de las
patologías más relevantes que en nuestro entorno pueden conducir a un deterioro
visual, debiendo darse en nuestro medio especial relevancia a los problemas
relacionados con errores refractivos no corregidos, cataratas, diabetes, glaucoma
y degeneración macular.
Cifras recientes estiman que
157 millones de personas tienen en 2020 un deterioro significativo de la visión
por errores refractivos no corregidos. Y no debemos olvidar la importancia en
el buen desarrollo visual en niños y adolescentes, en la seguridad laboral, en
la seguridad vial, y en el uso de pantallas, entre otras actividades relevantes
de nuestra vida cotidiana.
El incremento del uso de
medios electrónicos y pantallas visuales y los cambios en el estilo de vida
como la reducción del tiempo libre y el aumento del teletrabajo, especialmente
en niños, dará lugar a un incremento de la tasa de miopía en nuestra población,
habiéndose estimado que el número global de personas con miopía aumentará de
2600 millones en 2020 a 3400 millones en 2030, y la mitad de la población
mundial tendrá miopía para 2050. Y si bien la miopía suele considerarse como
algo ya habitual, los defectos superiores a -5,00 dioptrías incrementan
gradualmente el riesgo de afecciones que ponen en riesgo la vista, como
desprendimiento de retina, diabetes y glaucoma.
La catarata sigue siendo la
principal causa de ceguera en el mundo, y su proporción entre todas las
enfermedades oculares oscila entre el 15% en las regiones de altos ingresos y
el 50% en poblaciones pobres o remotas. Como causa evitable, la cirugía de
cataratas puede aliviar la pobreza, potenciar la autonomía y la independencia
personal y potenciar la productividad.
El glaucoma es una de las
principales causas de ceguera irreversible en todo el mundo, y puede pasar
desapercibido en sus fases iniciales, lo cual puede hacer que los pacientes
lleguen a consulta cuando el deterioro de la visión está establecido. Sus incidencia
global ha sido establecida en 76 millones de personas en 2020, de las cuales 3
millones son totalmente ciegas por esta patología, y de 112 millones para 2040.
Aunque la presión intraocular (PIO) elevada es el principal factor de riesgo,
se relaciona igualmente con la susceptibilidad a la misma de las estructuras y
flujo sanguíneo del nervio óptico, y, si bien algunas personas pueden tolerar
un cierto grado de aumento de presión intraocular, esta elevación hace que
tengan un mayor riesgo de desarrollo de glaucoma.
La Degeneración Macular
Asociada a la Edad (DMAE) es la tercera causa de ceguera en todo el mundo y la
principal causa de ceguera en los países desarrollados con poblaciones
envejecidas. Se estima que aproximadamente el 5% de la ceguera en todo el mundo
se debe a DMAE, estimándose su incidencia a nivel mundial en 196 millones de
personas en 2020 y una previsión de 288 millones para 2040. Sus principales
factores de riesgo son la edad, los factores genéticos y el tabaquismo,
habiéndose asociado igualmente con la exposición prolongada a la luz y la
asociación a enfermedades cardiovasculares.
La retinopatía diabética
(RD) es producida por el deterioro de los vasos sanguíneos de la retina en la
parte posterior del ojo, pudiendo conducir a la pérdida de visión si no se
trata. Aproximadamente una de cada tres personas con diabetes tienen algún
grado de retinopatía diabética y una de cada 10 desarrollará una retinopatía
diabética proliferativa con pérdida de visión y riesgo de hemorragias vítreas,
desprendimiento de retina o glaucoma neovascular.
Por ello, aún en el contexto
de pandemia de Covid19, es preciso poner de relieve la importancia de mantener
y apoyar no sólo los programas de apoyo a la prevención de ceguera evitable en
países no desarrollados, sino también hacer especial hincapié en nuestra
población de riesgo, potenciando los programas y estrategias de cribado y
detención, y la concienciación de adopción de medidas preventivas en todos los
ámbitos: escolar, social, laboral y sanitario.
En el Día Mundial de la
Visión, y en nuestra vida diaria, como individuos y como sociedad, no
perdamos de vista unos de nuestros principales sentidos: nuestra propia vista.
Esta información es orientativa. Para una información personalizada consulte a su oftalmólogo.
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